Lana Churra nos ha etiquetado en una publicación que dice:
Y de repente me ha venido a la cabeza una historia y un cuadro de cuando estudiaba en la facultad.
El cuadro en cuestión era Filandón en el Monasterio de Hermo, de Luis Álvarez Catalá, que podéis contemplar en el Museo Bellas Artes de Asturias, en Oviedo. Una pieza costumbrista de 1872 que representa la escena de un filandón asturiano.
Puede llamarse de muchos nombres, según el país, según el territorio donde se desarrolle, pero en el fondo siempre se trata de lo mismo: una xuntanza, una reunión de personas que bajo la excusa de un interés común -en este caso la hilatura de la lana-, buscan pasar un tiempo compartiendo vivencias, conversación, la vida en si.
En la época, estos momentos eran ocasiones ideales para la confraternización y si os fijáis en el cuadro, no sólo aparecen los oficios artesanales y el comadreo que siempre caracterizan este tipo de reuniones, si no también los tentempiés compartidos, las chanzas y en este caso los amoríos furtivos.
Pueden pasar siglos.
Pueden cambiar los entornos, los países, las ciudades.
Pueden cambiar los atuendos de los personajes.
Pueden cambiar los nombres que le demos.
Pero… ¿os habéis dado cuenta de que seguimos haciendo lo mismo?
Quedamos con la excusa de hilar o tejer y en el fondo lo único que necesitamos es ese roce social y esas risas que tanta vida nos dan.
Llamadlo como queráis, pero seguid disfrutando de ello 😉