Recuerdos

Hoy he leído en el feisbuk de una amiga, lo que viene siendo la plaza de encuentro de los niños grandes del año 2012…, que había cosas que la retrotraían en el tiempo y en el espacio hacia momentos pasados de su vida.

Un olor o un sonido y de golpe y porrazo nos encontramos en un momento pasado de nuestra vida, unas veces agradable, otras no tanto.

Por lo general todos mis recuerdos asociados a olores son agradables y tengo uno en concreto que tiene que ver con este mundo lanero en el que nos encontramos: las barras de cacao labial con olor a cacao cacao original de toda la vida.

Al olerlas, es automático: me llega de golpe a la cabeza la escena de la habitación de la casa de mi abuela en un día de finales de agosto en un pueblo de Castilla y la chaqueta de lana de coletas que había tejido mi madre y solía usar en aquellos días en los que el calor del verano comienza a dar paso al fresco en tardes generalmente con viento.

Ovillos de lana vieja

De aquella chaqueta, de aquella casa y de las tardes de finales de agosto y vacaciones sólo me quedan unos ovillos de lana requeteutilizada, pero el recuerdo permanece inalterable.

¿Cual es vuestro recuerdo asociado a un olor o sonido?

 

 

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2 comentarios

  1. Bonito recuerdo. El mío también va asociado a un olor y es a la colonia «Agua Lavanda Puig», es olerla y me asalta inmediatamente el recuerdo de estar frente a la cómoda con espejo de mi bisabuela, siendo una niña, y poniéndomela sin que me viera, a escondidas. Ahora pienso que eran tonterias de niña puesto que al salir de la habitación me olería perfectamente, pero caigo ahora que soy adulta, en aquellos momentos ni se te ocurre. Con razón cuando salía me decía: «Nena, nena». La quería horrores y la añoro mucho ahora que soy mayor. Gracias a estos recuerdos me asalta una sonrisa cada vez que me llega su olor en la calle, en la cola del super,…donde sea.
    Un abrazote corazón.
    Pilar.

  2. Mi recuerdo también tiene que ver con una colonia.
    Cada vez que huelo la colonia 1916, recuerdo a mi querida yaya, con su olor a limpio, sentada en su sillón y con alguna labor entre sus manos cálidas y envejecidas. Era modista y toda una artista en todo lo concerniente a labores tejeriles como punto o ganchillo.
    Echo mucho de menos cómo me «mataba» a besos y los abrazos que me daba cada vez que me veía.
    Es sorprendente cómo el cerebro humano recuerda con gran detalle una situación o una persona asociadas a un olor.

    Besotes, Ana.

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