Tenemos un par de lanas nuevas en nuestro catálogo, ambas de Atelier Zitron.
Los ovillos Gobi son una mezcla 40% lana virgen, 30% baby camel y 30% royal alpaca, suave no, lo siguiente y especialmente recomendada para dar muchiiisimo calor.
La fibra de camello es una de las más lujosas, ligeras y suaves que existen y su procesado es largo y complicado por lo que siempre aparece mezclada con otros materiales, como en este caso.
Es una fibra muy transpirable, lo que facilita que se regule la temperatura corporal y no causa alergia alguna, además es muy resistente, para durar y se suaviza aun más con los lavados, eso sí: sin olvidar que va combinada con otras fibras puras y que es indispensable lavarlas a mano en agua tibia con jabón neutro 😉
La otra novedad de Zitron son los ovillos Nimbus, una maravilla 100% merino ecológico con certificado de calidad Ecotext Standar 100, Producto Clase 1, o lo que es lo mismo: una lana teñida con tintes especiales no agresivos que la hacen apropiada para el contacto directo con la piel y especialmente recomendada para los más pequeños.
Vienen en ovillos de 50 gramos, 100 metros, para agujas de 5-5’5 mm y se presentan en uno o varios colores combinados.
A petición popular y ante las preguntas de qué se puede hacer con los minitops de lana, aquí os dejo una posibilidad: muñecos de fieltro.
Para hacer un muñeco, básicamente necesitamos una idea de qué es lo que queremos hacer. En este caso: un chimpi.
Lo siguiente son los materiales que necesitamos: lana preparada en los colores adecuados, agujas para fieltro, un mango para esas agujas, una base sobre la que utilizar las agujas y, si queremos que el muñeco sea articulado, unos «limpiapipas»…
Las agujas para fieltrar pueden usarse sin el mango pero cuando llevemos una media hora utilizándolas, lo echaremos de menos.
Hay que tener en cuenta que hay mangos de agujas de fieltro de 1 o de 4 o incluso más agujas. El de varias agujas se usa para fieltrar trozos grandes mientras que el de 1 se usa para los detalles, eso sí: antes de comprarlo debemos de tener en cuenta que si lo que vamos a realizar a menudo es pequeño, con el mango para una aguja nos sirve de sobra mientras que el de 5 es mucho más versátil e incluso nos va a permitir usar una aguja sólo -se colocan de forma independiente-.
La base es una esponja de densidad media que se puede comprar o se puede reaprovechar. Hay que tener en cuenta que vamos a pinchar muchas veces sobre ella y es importante que sea un poco resistente. Podemos utilizar esponjas de cojines viejos o utilizar cepillos pinchando sobre las cerdas, aunque esto puede resultar engorroso ya que al colocar la fibra sobre ellos, se puede enganchar…
Los limpiapipas no dejan de ser alambres muy finos cubiertos de fibra que tapan la parte metálica. Son totalmente moldeables y los hay en un montón de colores. No son esenciales porque se pueden realizar muñecos no articulados.
El proceso
Si el muñeco va a estar articulado, hacemos una forma básica con los limpiapipas, de tal manera que las partes articuladas coincidan con los alambres:
A continuación vamos aplicando capas de fibra sobre ese esqueleto…
Y comenzamos a trabajar con la aguja pinchando toda la superficie.
Lo que conseguimos con las agujas de fieltro es que las fibras que lo componen se enreden entre sí porque las agujas vienen con estrías y arrastran fibras al subir y bajar. Esto hará que el volumen disminuya y se comprima, con lo que lo que al principio puede abultar bastante, va a disminuir según vamos pinchando, siendo necesario aplicar más capas de lana allí donde queramos que el cuerpo abulte más.
Hay que ir moldeando poco a poco a base de pinchazos todo el cuerpo. Donde queramos que quede más rehundido, haremos más pinchazos, como por ejemplo en la zona del cuello para ir dando forma a la cabeza, o en la zona de manos y pies para dar las curvas de la parte interna de las manos…
Las orejas se hicieron «desde fuera»: cogemos un poco de fibra, hacemos una pelota con las manos y comenzamos a pincharla hasta que quede plana. A continuación la situamos en la zona donde queremos que vayan situadas en el cuerpo y a base de pinchar, quedará sujeta. Para darle la forma combada, sólo hay que tener paciencia e ir haciendo pinchazos sobre las zonas laterales.
El color
El color lo aplicaremos una vez que el cuerpo base tenga su forma consolidada.
Aquí hemos empezado por las orejas: cogemos un poco de fibra de otro color, lo situamos sobre la zona que queremos «colorear» y simplemente comenzamos a pinchar hasta que quede bien sujeto.
Se pueden definir los contornos de color de una manera bastante fina pero hay que tener en cuenta para no desesperarnos que estamos utilizando lana y que pueden salir fibras sueltas 😉
En este caso se han colocado fibras claras para la cara, las orejas, el pecho y palmas de mano y plantas de pie.
El resto de añadidos que le queramos poner sólo depende de la imaginación y ganas que se le eche.
Y nos queda un personaje tal que este, bautizado «Balduino»:
Con extremidades articuladas y con múltiples posibilidades de «uso», como por ejemplo, cuidar la rueca de una manera muy mona…
Hay quien sugiere meter en agua jabonosa los muñecos para que el acabado sea más compacto. Personalmente no me gusta la idea por un motivo: hay tintes, especialmente los de colores muy fuertes, que sueltan color en contacto con el agua, con lo que tras realizar un trabajo fino de varios colores, podemos encontrarnos conque los colores claros se han visto teñidos por los fuertes al sacarlo del agua.
Es curioso: en el panorama español hay bastantes pocas publicaciones sobre el tema, pero si salimos fuera, las posibilidades son infinitas.
Los libros más curiosos que encontré son de la editorial OZ Creativ y vienen en alemán, aunque no es necesario comprender el idioma para poder realizar las cosillas que traen y podemos buscar algún que otro proyecto por la red para que nos traiga inspiración, hay cosas específicas muy interesantes como animales, juguetes para niños, monstruitos… Para todos los gustos.
Para amantes de las manualidades en fieltro hemos traído los minitops, que no son otra cosa que bolitas de unos 22 gramos de lana 100% merino que sirven tanto para hilar como para fieltrar.
Hay más de 30 y tienen un precio estupendo, lo que os permitirá derrochar color en vuestros proyectos.
Si bien es cierto que agujas hay a montones, los nuevos juegos de agujas de Knit Pro lo han bordado y prueba de ello es que estos nuevos estuches son un auténtico lujo para los sentidos, empezando por el propio estuche y terminando por las preciosas agujas que contiene.
¿Y qué nos presentan nuevo?
Nos traen nuevos estuches de dobles puntas, ganchillos, puntas intercambiables y agujas rectas.
Las estrellas de la casa
Podría decirse que el producto más apreciado son las puntas intercambiables y en esta ocasión destacan por su belleza y cromatismo.
Los juegos de puntas intercambiables se presentan como vienen siendo habitual en dos variedades: el Starter Set y el Deluxe.
En el Symfonie Dreamz Starter Set nos encontraremos con 5 pares de puntas de 3’5, 4’00, 4’50, 5’00 y 6’00 mm, 2 cables de 60 y 80 cm, 4 topes de cable y 2 llaves de agujas, todo ello en un estuche negro con estampado contrastado en flores precioso y con un práctico bolsillo interno para guardar los cables.
El Symfonie Dreamz Deluxe Set amplia la oferta a 8 pares de puntas de las medidas 3’5, 4’00, 4’50, 5’00, 5’50, 6’00, 7’00 y 8’00 mm, incluyendo tres cables de 60, 80 y 100 cm, 8 topes de aguja y 4 llaves, también en el estuche negro estampado.
Dentro de la categoría Agujas Rectas Symfonie Dreamz, para quienes gusten del modo más tradicional de tejido, Knit Pro nos trae 3 Sets de Agujas Rectas.
Se presentan en longitudes de 25, 30 y 35 cm y traen 8 pares de agujas en las medidas de 3’5, 4’00, 4’5, 5’00, 5’50, 6’00, 7’00 y 8’00 mm en un estuche Jacquard negro estampado en el que se dejan libres dos huecos de sujeción por si fuese necesario introducir un nuevo par de agujas.
En lo que a Agujas de Dobles Puntas Dreamz concierne, podremos disponer de dos estuches en largos de 15 y 20 centímetros. Los juegos de los que varían sus medidas en ambos estuches.
En la medida de 15 cm vienen en 2’00, 2’50, 3’00, 3’50 y 4’00 mm mientras que en el juego de 20 cm vienen en 2’50, 3’00, 3’50, 4’00, 4’50 y 5’00 mm.
Para las aficionadas al ganchillo, el Crochet Symfonie Dreamz Set que se presenta, está compuesto por 8 piezas de 3’50, 4’00, 4’50, 5’00, 5’50, 6’00, 6’50 y 8’00 mm y, como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo la de este juego:
Todas estas coloridas piezas son manufacturadas en la India en madera policromada, lo que facilitará la identificación de las numeraciones y la organización del trabajo. Su superficie ha sido pulida y es ideal para el correcto deslizamiento de cualquier tipo de fibra.
Hoy he leído en el feisbuk de una amiga, lo que viene siendo la plaza de encuentro de los niños grandes del año 2012…, que había cosas que la retrotraían en el tiempo y en el espacio hacia momentos pasados de su vida.
Un olor o un sonido y de golpe y porrazo nos encontramos en un momento pasado de nuestra vida, unas veces agradable, otras no tanto.
Por lo general todos mis recuerdos asociados a olores son agradables y tengo uno en concreto que tiene que ver con este mundo lanero en el que nos encontramos: las barras de cacao labial con olor a cacao cacao original de toda la vida.
Al olerlas, es automático: me llega de golpe a la cabeza la escena de la habitación de la casa de mi abuela en un día de finales de agosto en un pueblo de Castilla y la chaqueta de lana de coletas que había tejido mi madre y solía usar en aquellos días en los que el calor del verano comienza a dar paso al fresco en tardes generalmente con viento.
De aquella chaqueta, de aquella casa y de las tardes de finales de agosto y vacaciones sólo me quedan unos ovillos de lana requeteutilizada, pero el recuerdo permanece inalterable.
¿Cual es vuestro recuerdo asociado a un olor o sonido?
Tal es el nivel de amor que se puede tener a estas fibras que cuando conoces a alguien que tiene ovejas, en seguida lo asaltas con eso de «¿y cuándo dices que esquilas? Porque podíamos intentar hilarla…» pero no todas las lanas son susceptibles de ser utilizadas o, mejor dicho: no toda la lana merece la pena ser trabajada para poder hacer algo con ella, al margen de servir de relleno para cojines o colchones.
Para empezar y partiendo de aquello de las características intrínsecas que ya os contaba hace tiempo, existe una clasificación de las fibras que las divide en lanas de primera calidad y lanas de tipo medio-bajo y siempre deberemos de tener en cuenta que lana es la fibra que procede de ovejas. Todo lo demás será fibra pero no lana.
Cuando hablamos de fine wools o lanas de primera calidad, lo primero que nos acude a la cabeza es el merino y no es una idea errónea, ya que muchas de las fibras aquí incluidas proceden de cruces de otros tipos de oveja con merino. Dentro de la industria lanar, el término específico de lanas de primera calidad o fine wools sólo es aplicable al merino -merino extrafino- y sus cruces.
Merinos, imagen de Wikipedia.
Hemos de saber que las fibras que entrarían dentro de esta categoría simplemente deberían de cumplir con las siguientes normas:
– generalmente son fibras de longitud media cuyos animales maduros pesan entre 49 y 64 kilos.
– los animales presentan caras y piernas del mismo color que el resto del vellón, sin coloraciones.
– sus vellones pesan entre 4,3 y 5,8 kg, son densos y la longitud de sus fibras ronda entre los 8 y los 12 cm con un diámetro de fibra entre 33 y 17 micras.
– los rizos son definidos y regulares, con ondulaciones muy próximas lo que hará que la fibra tenga una excelente elasticidad y suavidad.
– generalmente no destacan por el lustre, aunque algunos de esos cruces antes mencionados sí que pueden tener un buen brillo.
– se utiliza procesado para la creación de ropa de alta cualidad de abrigo, de vestir o para tejer en forma de ovillos y madejas. Son ideales para contacto directo con la piel y para ropa de bebés.
– sos susceptibles de aparecer combinadas con oras fibras como seda, cashmere, alpaca o angora, lo que las convierte en lujosas sin perder suavidad manejabilidad.
Las lanas de calidad media-baja son principalmente procedentes de animales criados para aprovechamiento cárnico, por lo que el criador prima la calidad de su carne, la conformación estructural del animal y su índice de crecimiento.
Suelen ser animales compactos de tamaño medio con rostros y piernas oscuros.
En lo que respecta a las lanas de calidad media-baja, las características que las definen son las siguientes:
– sus fibras tienen un aspecto «crujiente» y un tacto esponjoso.
– la longitud de fibras ronda entre los 5 y los 8 cm con largas ondulaciones que otorgan a la fibra de una excelente resistencia, suavidad elasticidad y volumen.
– generalmente carecen de lustre y presenta coloración, cosa que hay que tener en cuenta si se va a hilar a mano.
– su uso comercial es para tweeds, mantas y calcetería, no en vano son fibras muy resistentes.
– Para las hilanderas y tejedoras, se puede utilizar por las mismas cualidades en la confección de jerseys, calcetines, mantas y otras prendas confeccionadas, solas o combinadas con otras fibras.
– Las cualidades de sus fibras varían mucho dependiendo del tipo de raza pero la gran mayoría son susceptibles de ser convertidas en ropa de abrigo, mantas y prendas similares, usándose las de mayor longitud de fibra para alfombras.
Al margen de estas dos grandes clasificaciones hay una tercera categoría de lo que podríamos llamar «otras lanas» entre las que se pueden encontrar las double-coated o de vellón de varios colores.
Lógicamente, de cara a producción industrial y tintado, si los animales presentan cambios de color, la fibra no es uniforme y pierde calidad, lo que no esculpa que una fibra de color negro no sea una auténtica delicia.
Este tipo, vamos a dejarlo para otro día, pero si queréis saber más sobre cada tipo de lana os recomiendo In Sheep’s Clothing, de N. y J. Fournier 😉
Estoy un poquito frustrada porque ayer tuve que dar por finiquitado el Frühling, o al menos esta versión.
Este proyecto me obsesionó un poquito -como todos, para qué lo vamos a negar, si somos tejedoras y nos conocemos-.
Cuando lo empecé, tenía en mi alijo lanero unas cuantas madejas de lace en distintos colores y fui a escoger una rosa raro de la que tenía 2.
200 gramos… si se lleva esto va a ser un monstruo.
El patrón daba indicaciones pero no cuánta lana llevaba. Miré en otros proyectos similares para ver si me aclaraba un poquito y, sin aclararme, decidí empezarlo.
Maldita la hora.
El chal es espectacular, para pasarse un año tranquilamente con él, pero ayer, cuando iba por la mitad del segundo gráfico, me quedaba una pelota tan miserable de lana que decidí abortar la misión.
Tras pensar qué hacer, la idea de añadir una lana en otro color me puso los pelos de punta: ¡¡en este no!
Así que para dolor de mi corazón, decidí sacarle un par de fotos que os dejo por aquí para el recuerdo y deshacerlo entero.
Volveré a intentarlo cuando me haga con unas cuantas madejas -muchas- de la misma lana y color.
He visto un proyecto que me llama muchísimo la atención y me gustaría proponeros tejerlo de forma conjunta literalmente.
Me explico.
El patrón es elLefties. Podéis encontrar detalles sobre el mismo en la web de su diseñadora en este enlace.
Imagen de http://strickmich.frischetexte.de/
La idea es realizar el patrón con una lana base en color sólido, como por ejemplo la Admiral Unicolor, y utilizar los restos de otras lanas que tengamos para realizar las rallas de color.
Las combinaciones ideales para mezclar con esta lana serían los restos de cualquier Zauberball que nos haya sobrado de tejer algún calcetín, pero esto no descarta abrir el cajón de los restos y utilizar esos pequeños ovillitos que vamos guardando como sobrante de otros proyectos.
Da igual que sean de esa marca o no, lo esencial es que guarden una cierta relación de grosor para que no se nos desmadre mucho el proyecto.
Imagen de http://strickmich.frischetexte.de/
¿Cuándo nos ponemos a ello?
Me gustaría proponeros como fecha de comienzo el día 1 de Agosto y de finalización… cuando termine de tejerlo la última inscrita 😉
¿Es complicado?
Para nada: es de lo más sencillo que he visto nunca.
Si vais a comprar lana para la base de este proyecto, se recomienda utilizar 150 gramos de lana fingering, fina.
Las lanas de las que disponemos y que se pueden encontrar en el mercado, salvo algunas excepciones, vienen en ovillos o madejas de 50 o 100 gramos. Si la idea es aprovechar restos, para tejer este patrón sería necesario hacerse con esos 150 gramos justos. Si se compran dos ovillos de 100 gramos, tendríamos un sobrante de 50 gramos con los que podemos aumentar el patrón para agotar esa lana o podemos ponernos en contacto con alguien de nuestra zona para compartir medio ovillo e incluso los restos que tengamos para hacer las rallas de color.
Este año, lo único que puedo hacer para poneros los dientes largos es dejaros el enlace a la crónica del año pasado, que me gustó tanto que este año me llevo hasta la rueca.
Y el programa, por supuesto:
¿Nos vemos en Tuña? 😉
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pulse sobre el enlace para mayor información.plugin cookies