A dos semanas vista puedo por fin contaros cómo fue aquella aventura de realizar lo que podría llamarse un «aprende-devana-teje-tiñe-afieltra-juntas».
Suena un poco extraño pero, al fin y al cabo, es todo lo que conseguimos hacer sin contar las comilonas, los paseos, las risas y las buenas amistades que se juntaron en aquel fin de semana de Octubre -fijaos que lo digo con nostalgia porque, como se dice en Asturias, «me prestó por la vida»-.
El viernes comenzó a llegar la gente y yo os puedo garantizar que estaba como un flan, con miedo a que se me perdiera alguien, pero no, todo fue perfecto y algunas hasta se hicieron un pequeño tour de turismo por carretera secundaria en la costa occidental asturiana nocturna -para el año que viene, que no se me olvide pediros los teléfonos que me siento igual que una madre preocupada porque sus pequeños no llegan 😉 -.
El viernes, tras pasar la primera noche ya en buena compañía y en el entorno increíble de las Casas Rurales de Elena y del Hotel rural de Mar, comenzó a llegar toooodo el mundo y digo todas esas «oes» porque era increíble ver junta a tanta gente de sitios tan distintos unida bajo el mismo gusto por las agujas y a las fibras.
Tras una minipresentación y el acomodo de los asistentes…
…Ana y Ángeles nos dieron una charla práctica sobre el proceso de la lana, desde el esquilado de las ovejas al hilado de la materia resultante …… y nos enseñaron diferentes aperos para estas labores, pasando por usos de fabricación casera con cds viejos..
También hubo cosillas «más tradicionales»…
…y tintes naturales recién sacados de la huerta…
Y todo ello estuvo acompañado con una pequeña pausa para el café, el bollu preñáu y unas pastas de té. Por cierto, la receta -que sé que os gustaron- la podéis encontrar en este enlace, aunque yo las aliño con un chocolate con licor que les da un poco más de vidilla 😉
Parece que la mañana da para mucho pero cuando nos dimos cuenta, ya era la hora de comer y qué menos que irse a un chigre típico asturiano a comer pote y fabada -y todo lo demás-, que aun me empacho sólo de pensarlo, pero aquel picadillo y aquellas natas vaqueiras estaban de muerte.
Menos mal que contábamos con sofás bien cómodos para reposar la comida y, aunque alguien piense que con el estómago lleno, no habría ganas para charlas, la de Alison sobre las alpacas mantuvo a todo el mundo bien despierto.
Esta mujer es un crack en su profesión y cuenta unas cosas que no creo ni que supiéramos, ni que se nos olvide nunca, como aquello de que una alpaca decide parir en»condiciones favorables», léase por la mañana y en día soleado. Serán poco listos estos animales.
Mientras Alison nos tenía embelesadas, la gente iba tejiendo el proyecto para el taller de fieltro de Ana.
Por si a alguien se le escapó y quiere repetir, la lana era la Strick und Filz de Schoppel Wolle.
Para el proyecto de fieltrado, primero devanamos las madejas de lana… …y tejimos…
Después, Ana continuó con su taller sobre el fieltrado de lana haciéndonos una demostración de cómo hacer un bolso y enseñándonos las preciosidades que ella hace.
Pobre mujer, casi se escalda las manos, pero contó con la asistencia de un público muy entregado 😉
Después nos mostró las diversas posibilidades de las cosas de andar por casa -o más bien por la huerta y el bosque- para teñir y nos hicimos un batido de remolacha…
… para meter en él nuestro bolso fieltrado.
Como hubo que dejar remojando el bolso, aquí os dejo una foto del color del que quedó al día siguiente cuando lo sacamos del «batido:»
Aunque parezca increíble, se nos hizo de noche y la gente no tenía ganas de retirada pero nos tuvimos que ir «de espicha». No es que hayamos abierto una pipa de sidra y lo celebrásemos, no, pero nos fuimos de cena picoteo con sidra y esas cosillas para recuperar fuerzas 🙂
Al día siguiente -no sé el resto pero yo no vi la cama debajo- Hugo, nuestro guía, nos dio una visita por lo menos conocido de Cudillero, un pueblo de pescadores precioso, donde nos enseñó la Capilla del Humilladero, detalles de casas de pescadores y de ricos del siglo pasado, el túnel que lleva desde el puerto a lo alto del pueblo en un plis plas y su historia, un mirador nada convencional con unas vistas impresionantes…
Y por fin, al llegar al puerto, hicimos nuestra pequeña contribución al movimiento Urban Knitting.
Esta parte me encantó: lo de ver a gente con la niñez dejada atrás haciendo lo que podrían parecer «gamberradas» es algo así como la sensación de volver a ser niños, sólo hay que ver lo bien que se lo estaba pasando todo el mundo…
…y la extrañeza de los turistas que cada fin de semana abarrotan este paseo…
Para los pocos que quedamos, el fin de semana terminó con una comida riquísima en La Casa Vieja del Sastre -¡pero qué bueno estaba todo!- y una posterior despedida con bastante pena: todo, que llevó tanto tiempo de preparación, pasó como una exhalación y dejó esa sensación que sólo dejan las cosas bien hechas.
El tiempo acompañó, la gente fue estupenda, los lugares de alojamiento fueron dignos de volver una y mil veces, no tanto ya los de comidas porque si volviéramos tanto, no entraríamos por la puerta 😉
¿Y qué más os puedo decir..?
Que pudisteis tener en la mano los fantásticos ovillos de lana Schoppel Wolle, madejas de lana Malabrigo y Greta and The Fibers…
…que salimos en dos medios de prensa regionales y en la radio y que me encantó compartir este fin de semana con todas vosotras -y vosotros- que por cierto y hablando del tema masculino tejeril ¿cómo llevará Hugo su bufanda?
Y que no se me olvide mencionar una cosita: por internet se conoce a mucha gente con la que compartes tus aficiones, pero el día que se produce el encuentro en persona… te sabe a poco. Tienes tantas cosas que decir sin un teclado de por medio que no sabes ni por dónde empezar 😀
¿Repetimos el año que viene? 😉
ahhh¡¡ todavía no he podido cerrar la boca¡¡ el encuentro tuvo que ser digno de recordar¡
A mi ya me puedes reservar plaza, jejeje nos lo pasamos bien.
Que morriña…. que genial lo pasamos y cuantas cosas aprendimos.
Que bien ver la foto del bolso teñido con la remolacha, tenía mucha curiosidad por ver cómo había quedado, ¡me gusta!
¡Ya tardabas en dar la receta de las galletas! Estaban de muerte. Me recordaron a las galletas danesas estas de lata, pero en mejor. Con las natas vaqueiras, fue lo mejor de la gastronomía del día (y eso que yo no fui a la espicha…)
La próxima, en el mismo sitio, que ahora ya sabemos cómo hacer para no perdernos, o cerca de las alpacas! Que cosa más suave por favor… Estuve este finde intentando convencer a mi padre de que comprase una manadiña para la aldea, pero no hubo forma (lo primero que preguntó: ¿se comen?)
Bicazos! Hasta la próxima!
Pues a todos informo…Mi bufanda ya va por el tercer ovillo de lana. O sea, he superado el ecuador. Y esto es solo el principio!!!!
¡¡ Tercer ovillo !! y yo que no acabo de pasar de la segunda vuelta. =;-)
Me voy a tener que poner las pilas a ver si te alcanzo, que además ya llega el invierno.
Al próximo haré lo posible por apuntarme. Que tal en primavera?
Sólo repetir lo genial que estuvo todo. Vaya fotos más chulas!
Y, jo, me imaginaba un color mucho más rojizo o moradillo en el bolso, peeero no está mal tampoco.
Un besote
A mi apuntadme tambien!!! y a Ana de Coruña jejeje
Fue genial y animo a todo el mundo para el año que viene. Gracias por todas las atenciones y molestias que tomasteis, estuvo todo muy bien organizado.
Eva: habrá que hacer otro entonces 😀
Menudo reportaje!!!! Qué interesante todo!!!!
Te aseguro que haré todo lo posible para ir al del 2012!!