Resulta curioso que se tenga que celebrar el día de la mujer recordando una fecha trágica y lo peor de todo, que lo llamen «el día de la mujer trabajadora».
Personalmente, nunca lo he celebrado. Quien nos conoce y nos sigue, sabe que siempre os felicito días después porque mi opinión personal es que vuestros son todos y cada uno de los días del año, no sólo uno.
¿Por qué?
Porque trabajáis por cuenta ajena las que habéis conseguido un puesto de trabajo; trabajáis por cuenta propia las que sufrís el ser autónomas; seguís trabajando cuando llegáis a casa porque lo de casa no se hace solo; cuidáis de los hijos, de los padres, de los maridos -esos hijos que no acaban de crecer nunca…- y que es algo que no se tiene por trabajo, que no está remunerado y que alguien tiene que hacer. Generalmente la mujer.
Así que cuando os pregunten eso de si no trabajáis, nunca mintáis, tirad de la verdad más cierta de este mundo y decid que «sí», porque lo hacéis.
Y se nos sigue considerando inferiores: trabajamos más, cobramos menos, necesitamos esforzarnos más para que se nos reconozca lo mismo… curioso. Muy curioso, pero si nosotras paramos, se para el mundo. Y lo gracioso es que no hacemos milagros, sólo somos mujeres.
Paremos el mundo un poquito.
El 8 de Marzo, preparad vuestra mejor sonrisa y salid a la calle: tenéis una cita con vosotras mismas y vuestros derechos.
Nosotros así lo haremos.