Limpiando un armario el otro día, en el fondo de ese cajón de los tesoros, bien guardado en una bolsa, apareció una prenda que debe de tener unos 50 años.
Es un suéter de algodón brillante negro con manga japonesa, trabajado con calados en forma de hojas de arriba a abajo y con un punto perdido que le ha hecho una faena impresionante.
Me contó mi madre un día que aquello se lo había tejido una señora cuando ella era joven para ir de boda, que en casa tejían pero coletas, aquello no.
Ella lo tenía guardado como oro en paño, con el punto perdido descubierto mil años después.
Hoy lo guardo yo, con la esperanza de que algún día tenga tiempo y paciencia para recuperar ese punto, arreglar el desastre y devolverle el lustre que tenía.
¿Y vosotras que atesoráis en los armarios?